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Subject: El "nunca más" es al Terrorismo de Estad
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El "nunca más" es al Terrorismo de Estado
Firmamos contra el proyecto
Declaración ciudadana contra el Proyecto de Ley presentado por el Poder Ejecutivo el 26 de marzo de 2007
El proyecto de Ley - al cual nos oponemos - procura resarcir con 150.000 dólares a cada una de las víctimas de la "sedición" en los años 60 y 70 a lo que se suma el resarcimiento a los familiares de los desaparecidos durante la dictadura que fueran reconocidos como tales por la Comisión Para la Paz en el 2003.
lunes 2 de abril de 2007
Declaración Pública
Sal en las heridas
Ante el proyecto de ley enviado al Parlamento por el Poder Ejecutivo el día 26/3/07 respecto a la reparación de ciudadanos muertos en el período 1962 y 1976 -18 militares, 34 policías y 16 civiles- así como 26 desaparecidos entre 1973 y 1985 -todos civiles- venimos a decir que:
1 - ES UN PROYECTO INJUSTO:
a) porque equipara dos situaciones que nada tienen que ver, la de las víctimas del terrorismo de estado practicado por la dictadura entre 1973 y 1985 y las víctimas de enfrentamientos entre agentes del estado y grupos sediciosos -como el propio proyecto designa-.
b) porque en su propia lógica -que no compartimos- contrabandea casos como el asesinado diplomático Abdala en Paraguay donde nada tuvo que ver la situación a que se refiere el propio proyecto y deja afuera a muchísimos desaparecidos y todos los asesinados por el terrorismo de Estado.
c) porque resulta grosera la segmentación que se hace al referirse exclusivamente a los 26 casos de desaparecidos en el país del informe de la Comisión para la Paz cuando se ha confirmado plenamente el segundo vuelo por confesión de la Fuerza Aérea, y se descartan los desaparecidos en el exterior.
d) porque se conoce la lista de los asesinados por el terrorismo de Estado cuyos cuerpos fueron recuperados por sus familiares y no se los contempla, lo que va en igual sentido discriminatorio.
2 - ES UN PROYECTO QUE PONE SAL EN LAS HERIDAS DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO:
a) porque reivindica la teoría de los dos demonios, esgrimida por la dictadura y toda la derecha nacional que han querido plantear la tesis de una guerra que nunca existió. En todo caso, hubo unos años donde el Estado se enfrentó con grupos armados que fueron derrotados militarmente en 1972 como públicamente declararon las Fuerzas Conjuntas en noviembre de dicho año. Sin embargo, el golpe se da el 27/6/73 y es a partir de allí que se cuentan por decenas las desapariciones, asesinatos, torturas y todo tipo de violaciones a los DDHH de civiles que no desarrollaban ninguna lucha armada.
b) porque el conjunto de organizaciones de familiares y víctimas del terrorismo de Estado que han desarrollado una lucha inclaudicable por el esclarecimiento de lo sucedido, una y otra vez, han alertado sobre esa falsa equiparación de los muertos de ambos bandos. Son situaciones distintas y merecen tratamientos distintos,en todos los casos con el debido respeto a las víctimas y sus familiares.
3 - ESPERAMOS QUE EN UN GESTO DE REFLEXIÓN CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA que sería un ejemplo de cultura y sensibilidad política, el gobierno o sus parlamentarios retiren este proyecto que tanto mal hace en el sentido proclamado de cerrar heridas.
4 - NO HAY OTRO CAMINO PARA CERRAR HERIDAS que abrir la historia, abrir los archivos, encontrar la verdad de todo lo que falta, conseguir la información oculta, hacer justicia, recuperar la memoria y reparar integralmente a las víctimas del terrorismo de Estado, a todas las víctimas del terrorismo de Estado. No hay atajos y el Gobierno no debería buscarlos; se trata de profundizar lo mejor que se ha hecho al lograr la aparición de restos y desobstruir la justicia. No será con concesiones graciosas que se logrará sanar lo que sea posible sino con firmeza, perseverancia y apego a los valores universales de defensa, promoción y respeto de los DDHH.
Ciudadanos(as) en contra del Proyecto de Ley presentado por el Poder Ejecutivo al Parlamento el 26/03/07
Siguen firmas
Adhesiones en: noalproyecto
Si lo prefiere puede adherir escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: noalproyecto@montevideo.com.uy
(edited)
Firmamos contra el proyecto
Declaración ciudadana contra el Proyecto de Ley presentado por el Poder Ejecutivo el 26 de marzo de 2007
El proyecto de Ley - al cual nos oponemos - procura resarcir con 150.000 dólares a cada una de las víctimas de la "sedición" en los años 60 y 70 a lo que se suma el resarcimiento a los familiares de los desaparecidos durante la dictadura que fueran reconocidos como tales por la Comisión Para la Paz en el 2003.
lunes 2 de abril de 2007
Declaración Pública
Sal en las heridas
Ante el proyecto de ley enviado al Parlamento por el Poder Ejecutivo el día 26/3/07 respecto a la reparación de ciudadanos muertos en el período 1962 y 1976 -18 militares, 34 policías y 16 civiles- así como 26 desaparecidos entre 1973 y 1985 -todos civiles- venimos a decir que:
1 - ES UN PROYECTO INJUSTO:
a) porque equipara dos situaciones que nada tienen que ver, la de las víctimas del terrorismo de estado practicado por la dictadura entre 1973 y 1985 y las víctimas de enfrentamientos entre agentes del estado y grupos sediciosos -como el propio proyecto designa-.
b) porque en su propia lógica -que no compartimos- contrabandea casos como el asesinado diplomático Abdala en Paraguay donde nada tuvo que ver la situación a que se refiere el propio proyecto y deja afuera a muchísimos desaparecidos y todos los asesinados por el terrorismo de Estado.
c) porque resulta grosera la segmentación que se hace al referirse exclusivamente a los 26 casos de desaparecidos en el país del informe de la Comisión para la Paz cuando se ha confirmado plenamente el segundo vuelo por confesión de la Fuerza Aérea, y se descartan los desaparecidos en el exterior.
d) porque se conoce la lista de los asesinados por el terrorismo de Estado cuyos cuerpos fueron recuperados por sus familiares y no se los contempla, lo que va en igual sentido discriminatorio.
2 - ES UN PROYECTO QUE PONE SAL EN LAS HERIDAS DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO:
a) porque reivindica la teoría de los dos demonios, esgrimida por la dictadura y toda la derecha nacional que han querido plantear la tesis de una guerra que nunca existió. En todo caso, hubo unos años donde el Estado se enfrentó con grupos armados que fueron derrotados militarmente en 1972 como públicamente declararon las Fuerzas Conjuntas en noviembre de dicho año. Sin embargo, el golpe se da el 27/6/73 y es a partir de allí que se cuentan por decenas las desapariciones, asesinatos, torturas y todo tipo de violaciones a los DDHH de civiles que no desarrollaban ninguna lucha armada.
b) porque el conjunto de organizaciones de familiares y víctimas del terrorismo de Estado que han desarrollado una lucha inclaudicable por el esclarecimiento de lo sucedido, una y otra vez, han alertado sobre esa falsa equiparación de los muertos de ambos bandos. Son situaciones distintas y merecen tratamientos distintos,en todos los casos con el debido respeto a las víctimas y sus familiares.
3 - ESPERAMOS QUE EN UN GESTO DE REFLEXIÓN CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA que sería un ejemplo de cultura y sensibilidad política, el gobierno o sus parlamentarios retiren este proyecto que tanto mal hace en el sentido proclamado de cerrar heridas.
4 - NO HAY OTRO CAMINO PARA CERRAR HERIDAS que abrir la historia, abrir los archivos, encontrar la verdad de todo lo que falta, conseguir la información oculta, hacer justicia, recuperar la memoria y reparar integralmente a las víctimas del terrorismo de Estado, a todas las víctimas del terrorismo de Estado. No hay atajos y el Gobierno no debería buscarlos; se trata de profundizar lo mejor que se ha hecho al lograr la aparición de restos y desobstruir la justicia. No será con concesiones graciosas que se logrará sanar lo que sea posible sino con firmeza, perseverancia y apego a los valores universales de defensa, promoción y respeto de los DDHH.
Ciudadanos(as) en contra del Proyecto de Ley presentado por el Poder Ejecutivo al Parlamento el 26/03/07
Siguen firmas
Adhesiones en: noalproyecto
Si lo prefiere puede adherir escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: noalproyecto@montevideo.com.uy
(edited)
hoy leí esto...tiene que ver...
abrazos
El reconocimiento de las víctimas
Por Daniel Innerarity, profesor de Filosofía de la Universidad de
Zaragoza (DIARIO VASCO, 12/04/07)
Si dentro de un tiempo, al explicar a nuestros hijos lo que ha pasado
en el País Vasco durante estos años, tuvieran dificultades para
entender que aquí se mató por ideas políticas, que hubo asesinatos,
torturas y estrategias deliberadas de imposición y exclusión, si
aquello les resultara literalmente algo increíble, eso significaría
que las cosas han ido bien, que se ha asentado en nuestra sociedad el
principio de que ningún proyecto político justifica el asesinato de
personas inocentes. Una sociedad no supera la violencia ni mediante
el olvido ni mediante la memoria, sino cuando la violencia se le ha
vuelto literalmente incomprensible. Puede que ésa sea la clave de
deslegitimación social del terrorismo: cuando en una sociedad se
agota la credibilidad del discurso que vinculaba la violencia con
algún esquema justificatorio, los actos de violencia quedan mudos,
sin sentido, incomprensibles. Y en el final del proceso se convierten
en algo inaudito, difícil incluso de creer. Pero no estamos en ese
momento, sino en otro mucho más cercano a unos acontecimientos que
nos interpelan desde un pasado reciente y todavía se ciernen sobre
nosotros como una posible amenaza. Porque conviene no desdramatizar
los acontecimientos, ni quitarse de encima una responsabilidad que
afecta, aunque sea de diversa manera, a todos. Quienes hemos asistido
a esta tragedia no podemos echarla al olvido sin plantearnos qué
pudimos hacer mejor y, sobre todo, cómo debemos recordarla para
evitar que se repita en el futuro.
En la película `Ararat', de Atom Egoyan, en la que se narra el
genocidio del pueblo armenio a manos del Estado turco (algo que sigue
siendo negado por Turquía), se recoge el relato de una mujer alemana
que ha visto cómo los soldados turcos cometían actos de una crueldad
innombrable contra mujeres armenias. La testigo termina su narración
con esta frase: «Ahora, ¿qué voy a hacer con mis ojos?». Ésa es
efectivamente la pregunta ética fundamental después de la violencia.
A partir de ahora, ¿cómo hemos de mirar, recordar, contar de tal
manera que se reconozca a las víctimas, se deslegitime la violencia y
se pueda divisar un horizonte de reconciliación? La paz nos exige
otra forma de mirar al pasado, al presente y al futuro. Y es que
cuando se ha alcanzado la paz queda todavía lo más difícil: superar
el odio y el sectarismo, construir la confianza y eliminar el miedo,
reconstruir el respeto a la ley y su no instrumentalización. Queda,
sobre todo, el problema de la «memoria justa» (Ricoeur), cómo digerir
las atrocidades del pasado y cómo ayudar a las víctimas a recuperar
la esperanza.
Para reconocer adecuadamente a las víctimas, para entender en qué
debe consistir ese reconocimiento, lo primero que ha de hacerse es
tener en cuenta qué tipo de daño se les ha hecho. Hacer justicia a
las víctimas es reparar un triple daño: reparación del daño personal
en la medida en que sea posible, reconocimiento de la ciudadanía de
las víctimas y reconciliación, que no quiere decir que todos estemos
de acuerdo, sino que la convivencia política esté construida, sin
perjuicio del normal antagonismo democrático, desde los principios de
igualdad, pluralidad e inclusión.
La idea de reconocimiento es fundamental cuando se trata de
reconstruir el carácter de sujetos políticos activos a quienes se
había despojado violentamente de esta capacidad. La experiencia de
ser víctima es, ciertamente, un sufrimiento físico, pero también el
signo de un desprecio injustificado que consiste en una reducción o
aniquilación de la capacidad de actuar; la violencia despoja a la
víctima de su carácter de sujeto político. Ser víctima no sólo es
haber sido dañado en su integridad física sino haber sido expoliado
de su pertenencia cívica y de su condición de actor político. Es ésta
la situación que es preciso superar. Reconocer es restituir a otros
el carácter de sujetos políticos. No estamos por tanto ante un
problema de redistribución entre personas cuya cualidad de miembros
de una sociedad con pleno derecho está asegurada. De lo que se trata
es de devolver a determinadas personas la cualidad de co-
protagonistas de nuestro destino colectivo.
Desde esta perspectiva cabe entender en qué puede consistir una de
las formas de desprecio que se ciernen sobre las víctimas en los
momentos de resolución de un conflicto. Y tal vez nos ayude a
comprender por qué las víctimas suelen sentirse entonces nuevamente
amenazadas y cómo disipar ese temor. Podríamos llamarlo `la amenaza
de la simetría'. El filósofo Hans Jonas lo formulaba como el temor a
que la bondad y la infamia terminen ex aequo en la inmortalidad. Lo
que puede resultar más indignante para una víctima, lo contrario del
reconocimiento, es la simetría que algunos pretendan establecer entre
ellas y sus agresores. Una guerra o un conflicto entre comunidades
puede acabar así, pero en Euskadi no ha habido ni lo uno ni lo otro.
Ni siquiera los infames episodios de violencia de Estado pueden
justificar un esquema de simetría, de tal manera que la culpabilidad
estuviera repartida a partes iguales. La violencia no ha sido nunca
inevitable, ni cabe justificarla como respuesta adecuada a otra
violencia anterior.
Por supuesto que en los conflictos hay sufrimiento en todas partes,
pero no todo el que sufre es víctima, según advierte Reyes Mate. Por
supuesto que hasta el agresor más despiadado tiene unos derechos que
son inalienables. Y además, por exigencia de humanidad estamos
obligados a paliar todos los sufrimientos, en la medida en que nos
sea posible, pero sin olvidar que no es lo mismo una víctima inocente
que un verdugo que sufre. Son dos realidades incomparables, aunque
ambas requieran atención. Como afirma Claudio Magris, la igualdad de
las víctimas -todas son dignas de memoria y piedad- no es igualdad de
las causas por las que han muerto. No se puede invocar el sufrimiento
general para diluir las responsabilidades y disolver la inocencia en
una culpabilidad igualmente repartida. Sería radicalmente injusto
llevar a cabo un reconocimiento indiferenciado a las víctimas, que no
distinga el sufrimiento de las víctimas y el de los victimarios. Un
error de este estilo fue el que cometió hace unos años el presidente
de Italia al equiparar a los fascistas con sus víctimas, error que se
ha repetido muchas veces en otros sitios. Esa indiferenciación entre
unos y otros parte del cómodo prejuicio de pensar que, rindiendo
homenaje a la memoria de todos los que han sufrido en uno u otro lado
de un conflicto, las instituciones no debieran pronunciarse acerca de
los valores y las motivaciones de sus actos.
El próximo homenaje del Gobierno vasco será sin duda una excelente
ocasión para volver a incidir en aquellos valores en virtud de los
cuales, al mismo tiempo que se reconoce a las víctimas, se establece
que la violencia carece absolutamente de justificación.
abrazos
El reconocimiento de las víctimas
Por Daniel Innerarity, profesor de Filosofía de la Universidad de
Zaragoza (DIARIO VASCO, 12/04/07)
Si dentro de un tiempo, al explicar a nuestros hijos lo que ha pasado
en el País Vasco durante estos años, tuvieran dificultades para
entender que aquí se mató por ideas políticas, que hubo asesinatos,
torturas y estrategias deliberadas de imposición y exclusión, si
aquello les resultara literalmente algo increíble, eso significaría
que las cosas han ido bien, que se ha asentado en nuestra sociedad el
principio de que ningún proyecto político justifica el asesinato de
personas inocentes. Una sociedad no supera la violencia ni mediante
el olvido ni mediante la memoria, sino cuando la violencia se le ha
vuelto literalmente incomprensible. Puede que ésa sea la clave de
deslegitimación social del terrorismo: cuando en una sociedad se
agota la credibilidad del discurso que vinculaba la violencia con
algún esquema justificatorio, los actos de violencia quedan mudos,
sin sentido, incomprensibles. Y en el final del proceso se convierten
en algo inaudito, difícil incluso de creer. Pero no estamos en ese
momento, sino en otro mucho más cercano a unos acontecimientos que
nos interpelan desde un pasado reciente y todavía se ciernen sobre
nosotros como una posible amenaza. Porque conviene no desdramatizar
los acontecimientos, ni quitarse de encima una responsabilidad que
afecta, aunque sea de diversa manera, a todos. Quienes hemos asistido
a esta tragedia no podemos echarla al olvido sin plantearnos qué
pudimos hacer mejor y, sobre todo, cómo debemos recordarla para
evitar que se repita en el futuro.
En la película `Ararat', de Atom Egoyan, en la que se narra el
genocidio del pueblo armenio a manos del Estado turco (algo que sigue
siendo negado por Turquía), se recoge el relato de una mujer alemana
que ha visto cómo los soldados turcos cometían actos de una crueldad
innombrable contra mujeres armenias. La testigo termina su narración
con esta frase: «Ahora, ¿qué voy a hacer con mis ojos?». Ésa es
efectivamente la pregunta ética fundamental después de la violencia.
A partir de ahora, ¿cómo hemos de mirar, recordar, contar de tal
manera que se reconozca a las víctimas, se deslegitime la violencia y
se pueda divisar un horizonte de reconciliación? La paz nos exige
otra forma de mirar al pasado, al presente y al futuro. Y es que
cuando se ha alcanzado la paz queda todavía lo más difícil: superar
el odio y el sectarismo, construir la confianza y eliminar el miedo,
reconstruir el respeto a la ley y su no instrumentalización. Queda,
sobre todo, el problema de la «memoria justa» (Ricoeur), cómo digerir
las atrocidades del pasado y cómo ayudar a las víctimas a recuperar
la esperanza.
Para reconocer adecuadamente a las víctimas, para entender en qué
debe consistir ese reconocimiento, lo primero que ha de hacerse es
tener en cuenta qué tipo de daño se les ha hecho. Hacer justicia a
las víctimas es reparar un triple daño: reparación del daño personal
en la medida en que sea posible, reconocimiento de la ciudadanía de
las víctimas y reconciliación, que no quiere decir que todos estemos
de acuerdo, sino que la convivencia política esté construida, sin
perjuicio del normal antagonismo democrático, desde los principios de
igualdad, pluralidad e inclusión.
La idea de reconocimiento es fundamental cuando se trata de
reconstruir el carácter de sujetos políticos activos a quienes se
había despojado violentamente de esta capacidad. La experiencia de
ser víctima es, ciertamente, un sufrimiento físico, pero también el
signo de un desprecio injustificado que consiste en una reducción o
aniquilación de la capacidad de actuar; la violencia despoja a la
víctima de su carácter de sujeto político. Ser víctima no sólo es
haber sido dañado en su integridad física sino haber sido expoliado
de su pertenencia cívica y de su condición de actor político. Es ésta
la situación que es preciso superar. Reconocer es restituir a otros
el carácter de sujetos políticos. No estamos por tanto ante un
problema de redistribución entre personas cuya cualidad de miembros
de una sociedad con pleno derecho está asegurada. De lo que se trata
es de devolver a determinadas personas la cualidad de co-
protagonistas de nuestro destino colectivo.
Desde esta perspectiva cabe entender en qué puede consistir una de
las formas de desprecio que se ciernen sobre las víctimas en los
momentos de resolución de un conflicto. Y tal vez nos ayude a
comprender por qué las víctimas suelen sentirse entonces nuevamente
amenazadas y cómo disipar ese temor. Podríamos llamarlo `la amenaza
de la simetría'. El filósofo Hans Jonas lo formulaba como el temor a
que la bondad y la infamia terminen ex aequo en la inmortalidad. Lo
que puede resultar más indignante para una víctima, lo contrario del
reconocimiento, es la simetría que algunos pretendan establecer entre
ellas y sus agresores. Una guerra o un conflicto entre comunidades
puede acabar así, pero en Euskadi no ha habido ni lo uno ni lo otro.
Ni siquiera los infames episodios de violencia de Estado pueden
justificar un esquema de simetría, de tal manera que la culpabilidad
estuviera repartida a partes iguales. La violencia no ha sido nunca
inevitable, ni cabe justificarla como respuesta adecuada a otra
violencia anterior.
Por supuesto que en los conflictos hay sufrimiento en todas partes,
pero no todo el que sufre es víctima, según advierte Reyes Mate. Por
supuesto que hasta el agresor más despiadado tiene unos derechos que
son inalienables. Y además, por exigencia de humanidad estamos
obligados a paliar todos los sufrimientos, en la medida en que nos
sea posible, pero sin olvidar que no es lo mismo una víctima inocente
que un verdugo que sufre. Son dos realidades incomparables, aunque
ambas requieran atención. Como afirma Claudio Magris, la igualdad de
las víctimas -todas son dignas de memoria y piedad- no es igualdad de
las causas por las que han muerto. No se puede invocar el sufrimiento
general para diluir las responsabilidades y disolver la inocencia en
una culpabilidad igualmente repartida. Sería radicalmente injusto
llevar a cabo un reconocimiento indiferenciado a las víctimas, que no
distinga el sufrimiento de las víctimas y el de los victimarios. Un
error de este estilo fue el que cometió hace unos años el presidente
de Italia al equiparar a los fascistas con sus víctimas, error que se
ha repetido muchas veces en otros sitios. Esa indiferenciación entre
unos y otros parte del cómodo prejuicio de pensar que, rindiendo
homenaje a la memoria de todos los que han sufrido en uno u otro lado
de un conflicto, las instituciones no debieran pronunciarse acerca de
los valores y las motivaciones de sus actos.
El próximo homenaje del Gobierno vasco será sin duda una excelente
ocasión para volver a incidir en aquellos valores en virtud de los
cuales, al mismo tiempo que se reconoce a las víctimas, se establece
que la violencia carece absolutamente de justificación.
A mi el proyecto de ley me parece perfecto... los tupamaros mataron gente inocentes también... y mataron gente "culpable", pero el solo hecho de matarlos está mal. Los milicos cometieron esos mismos crímenes. Debe resarcirse a todas las víctimas de ambos bandos criminales.
estoy de acuerdo contigo.
pero para mi no deberian darle nada a nadie.
pero para mi no deberian darle nada a nadie.
Yo estoy de acuerdo contigo por que pienso que si se les da a esas personas se les tendría que dar a muchas mas de infinitos casos que no se tienen en cuenta, y casos de la vida cotidiana, NO CASOS DE LA EPOCA DE LA DICTADURA, casos de todas las épocas
si, Pancho, ya sé que esa es tu opinión, para mi no es así y no sólo suscribo lo que dice Javier Miranda en la entrevista que copio acá abajo, sino que adherí a la declaración en contra del proyecto, que me parece un mamarracho...
abrazo
El "nunca más" es al terrorismo de Estado
Javier Miranda: el “nunca más” es al terrorismo de Estado
“María Claudia o Simón Riquelo no participaron en ningún bando”. Así rechazó Javier Miranda, integrante de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que se incluya a algunos desaparecidos en el Proyecto de Ley que busca resarcir a familiares de los caídos por la sedición. (Para ver el texto completo del proyecto haga click aquí)
Entrevista de Emiliano Cotelo
"Los desaparecidos fueron víctimas del terrorismo de Estado", afirmó, y “con la unificación en un mismo texto normativo de estas situaciones se avala la teoría de los dos demonios”.
EMILIANO COTELO: Las heridas que la sociedad uruguaya arrastra desde los años sesenta y setenta, y el debate sobre qué es lo que hay que hacer para cerrarlas o curarlas vuelven al escenario político y derivan ahora en un nuevo proceso parlamentario.
Lo consignamos ayer: el Poder Ejecutivo hizo suyo un proyecto de ley que había sido presentado en enero por el diputado colorado Daniel García Pintos. La iniciativa prevé resarcir económicamente “...a los familiares de aquellas personas civiles e integrantes de las Fuerzas Armadas y del Instituto Policial que perdieron su vida en ocasión o a consecuencia del enfrentamiento armado con la sedición...”, dice en uno de sus pasajes el mensaje enviado al Parlamento.
Por otro lado, el proyecto también dice que “dicha reparación comprenderá además a los familiares legales o naturales de las personas consideradas ausentes por desaparición forzada...”, cuyo desaparecimiento fuera confirmado por el informe presentado por la Comisión para la Paz en el año 2003.
El proyecto fue tomado por el Poder Ejecutivo a partir de la presentación del diputado García Pintos porque es un proyecto que prevé un gasto del Tesoro Nacional sin incluir la forma de financiarlo. Para salvar esa cuestión, teniendo en cuenta que en esta materia es el Ejecutivo quien tiene la iniciativa, es que se procesó el asunto de esta manera, que ha dado lugar a alguna forma de sorpresa y desconcierto, esto de que el gobierno del presidente Tabaré Vázquez, Frente Amplio, izquierda, haga suyo completo un texto que había sido presentado por el diputado Daniel García Pintos, de la Lista 15, Partido Colorado.
Se prevé resarcir a las víctimas de los hechos violentos de los años sesenta y setenta con una cifra equivalente a los 150.000 dólares cada uno.
Estamos en diálogo con el doctor Javier Miranda, del grupo Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Doctor Miranda, ¿cómo ha visto usted este proyecto y la decisión del Poder Ejecutivo de impulsar rápidamente su aprobación?
JAVIER MIRANDA: Como ya ha trascendido, incluso en la prensa de hoy, Familiares, que ya había tratado este tema hace tiempo y lo volvió a tratar el lunes pasado en su plenario, está absolutamente en desacuerdo con el proyecto de ley en cuanto este incorpora en su texto a algunas personas detenidas desaparecidas, porque se refiere únicamente a los uruguayos detenidos desaparecidos en el territorio nacional, esto es lo que comprende el Anexo 3.1 del informe final de la Comisión para la Paz. Estamos totalmente en desacuerdo en que se incluya en este proyecto de ley esta indemnización.
EC - Mire qué curioso, ayer cuando entrevistábamos al diputado García Pintos, él explicaba cómo había logrado que su iniciativa, que en realidad era del año 2003, fuera tomada ahora por el gobierno. García Pintos le hizo una modificación, amplió el alcance de su proyecto original.
(Audio)
“DANIEL GARCÍA PINTOS: Nosotros, que nos quejamos amargamente en los últimos años de que las llamadas organizaciones de defensa de los derechos humanos sólo contemplaban a sus muertos, como que había muertos de primera categoría y muertos de segunda categoría, dijimos: ahora que tenemos la posibilidad de una iniciativa (enero de este año) y a casi dos años de haber asumido el nuevo gobierno, éticamente no podemos hacer lo que nos quejábamos que nos hacían a nosotros. Es decir, discriminar a los muertos según a qué lado pertenecían cuando cayeron. Entonces pusimos a todos los muertos en nuestro proyecto de ley, beneficiando a los familiares de ellos, tanto de los que cayeron luchando contra la sedición como los de los desaparecidos. Juntamos a todos, es un proyecto que tiene un hondísimo contenido ético y también político desde el punto de vista de su realismo.”
(Fin)
EC - ¿Eso que el diputado García Pintos considera un valor de este proyecto es lo que ustedes rechazan?
JM - Entiendo lo que plantea el señor representante García Pintos, puedo comprender la intención que lo anima pero no la comparto en absoluto, porque se vuelve a plantear la teoría de los demonios: “aquí hubo una guerra, hubo caídos de un lado y del otro, unos son caídos de las filas policiales y militares”. Incluso el texto se refiere a civiles que “ocasionalmente pasaban por el lugar”, y en el otro bando estarían los desaparecidos. Nosotros creemos que eso no es cierto, hemos combatido esa concepción regularmente, los desaparecidos no son producto de una guerra sino producto del terrorismo de Estado. Los policías y militares que perdieron la vida en el combate a la llamada subversión en los años de movimiento armado en Uruguay son funcionarios públicos que sufrieron daños cumpliendo sus funciones, si el Estado pretende repararlos Familiares no tiene nada que decir, no tiene por qué pronunciarse sobre eso.
EC - Porque además no habían tenido una reparación más allá de algún tipo de pensión en algunos de los casos.
JM - En realidad no lo sé, pero no sé por qué Familiares tiene que pronunciarse sobre eso. El Estado decide: “voy a reparar a funcionarios públicos que sufrieron daños en el cumplimiento de su función”. Señor Estado, Familiares como organización no tiene nada que decir. Sí tiene que decir que no es la misma la situación de los uruguayos detenidos desaparecidos (que se refiere sólo a algunos) porque fueron víctimas del terrorismo de Estado, no se trata de funcionarios públicos que perdieron la vida en cumplimiento de su función, son víctimas del propio Estado.
EC - Usted conoce cuál es el pensamiento del presidente Tabaré Vázquez, lo recordó en el discurso del 2 de marzo en Plaza Independencia. Allí refrescó lo que él mismo había dicho el 1º de marzo de 2005 (cito textualmente): “El dolor de la pérdida de un padre, de un hermano, de un hijo no tiene atenuantes ni adjetivos. Es dolor y punto. Nunca más enfrentamiento entre uruguayos, nunca más y para todos”.
JM - Varias cosas. Puedo entender y leer entre líneas lo que dice el presidente de la República pero no coincido con ese discurso. Coincido en el sentido de que como todo uruguayo no quiero enfrentamiento entre uruguayos, no quiero enfrentamiento entre nadie, la violencia no es un camino de construcción, pero eso no quiere decir que yo tenga que resolver situaciones distintas en un mismo texto normativo.
El problema está en que con la unificación en un mismo texto normativo de estas situaciones se avala la teoría de los dos demonios. En cuanto a lo que dice el presidente de la República, el doctor Vázquez, en esta materia, tampoco estamos de acuerdo en la utilización del nunca más. El nunca más es una expresión que se conquistó por la lucha de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y está recogida como título del informe de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas en Argentina, el informe Sábato, del año 84. Es “nunca más terrorismo de Estado”.
Estoy de acuerdo en que el presidente de la República y todos los uruguayos, todos los que poblamos este país, digamos que no queremos que en Uruguay haya nunca más violencia y enfrentamiento armado. En eso estoy de acuerdo, lo compartiría, pero no estoy de acuerdo en que se utilice la expresión “nunca más”, que tiene una historia, que fue forjada en la lucha por la defensa y la promoción de los derechos humanos y que significa “nunca más terrorismo de Estado”, no cambiemos las expresiones. No queremos que se cambien las expresiones porque pierden su sentido histórico. Ahí se está apropiando de una expresión que tiene un origen y se le está dando un significado distinto o, por lo menos, un alcance distinto.
No hay problema, si el Estado entiende que tiene que reparar a sus funcionarios que los repare, lo que no comparte Familiares, lo que condena, en lo que no está de acuerdo de ninguna manera es en que se legisle en la misma norma.
EC - La Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos sí reclama una reparación patrimonial para las familias de los desaparecidos.
JM - Familiares tuvo una reunión hace más de un año especialmente sobre este tema con el subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura, se le planteó al doctor Michelini que Familiares entendía que debía procederse a un proyecto de ley de reparación que hacía mucho tiempo que se había propuesto. La reparación es una reparación integral, no es una indemnización económica, Familiares nunca hizo cuestión de una reparación económica.
EC - No ha reclamado una indemnización económica.
JM - No, como organización nunca lo ha hecho. Algunos familiares en particular, con el más absoluto y legítimo derecho, se han presentado a los tribunales y han reclamado por la vía correspondiente una indemnización económica. Familiares no se opone a la indemnización económica, dice que hay que distinguir lo que es la indemnización, la reparación económica, de la reparación integral. La indemnización es una parte de la reparación.
EC - ¿Qué es la reparación integral?
JM - Reparar quiere decir restituir, restañar el daño que se le causó a la persona. ¿Qué daño se le causó al familiar de desaparecido? ¿Qué daño se le causó a Luisa Cuesta? ¿Qué daño se le está causando hoy a Luisa Cuesta? Se le secuestró a su hijo y no se sabe qué pasa, no se sabe dónde está Nelbio Melo. ¿Cómo se repara ese daño que se causó a Luisa? En primer lugar, diciéndole dónde está Nelbio Melo, el primer elemento de reparación en materia de desaparición forzada es la verdad. Luego hay otros, que consideramos igualmente importantes y que no son económicos, como la restitución de la dignidad de las víctimas, que es un tema fundamental. Mañana se cumple un año del entierro de mi padre y del acto en la Universidad de la República, y se vivió a mediados del año pasado también el homenaje a Ubagesner Chávez Sosa. Allí hubo gestos de restitución de la dignidad de las víctimas. Estos gestos son fundamentales, no exclusivamente con este tipo de actos, también con otros actos.
EC - Esa parte de la reparación requiere que se siga trabajando, que siga pasando el tiempo y se pueda eventualmente avanzar más aun en las investigaciones, que ha habido pero no lograron llegar a los detalles de todos los casos.
JM - Exactamente, va a haber que seguir trabajando, va a haber que seguir investigando. Insisto, una forma de reparación es la verdad; además la restitución de la dignidad de las víctimas, se la restituye también con nombres de calles, como hay calles en el Buceo en homenaje a dos desaparecidos, con memoriales, tenemos uno en Montevideo, en el Cerro, que logramos hacer con el esfuerzo de Familiares y de una Comisión Nacional para el Memorial bajo la administración del intendente Arana.
Esas son formas de reparación integral. En ese paquete puede haber una indemnización económica, pero no es la única forma de reparación. Se lo planteamos al subsecretario de Educación y Cultura hace más de un año expresamente, y hoy encontramos un texto de ley de reparación que mete la situación de familiares en un paquete en el que Familiares no está de acuerdo, y el Estado no se ha movido, sobre todo no se ha movido en el sentido de reparación que creemos más dignificante.
EC - ¿Qué van a gestionar ante el Parlamento? ¿Qué van a pedirle al Parlamento que haga con este proyecto de ley?
JM - Le vamos a hacer saber al Parlamento que no tenemos ningún interés en que en el artículo 1º se incluya a los familiares de los detenidos desaparecidos. Esta es una ley de reparación para funcionarios militares y policiales y algunos civiles que sufrieron esos daños. Si usted se fija en el proyecto de ley, al final en el listado no figura una sola persona detenida desaparecida, ninguna. La única mención aparece “colada” respecto de 26 uruguayos detenidos desaparecidos; 26 de los más de 200 que hay. O sea, mientras el Estado se hace cargo de muertos en filas militares y policiales incluso en el exterior, en el caso de los uruguayos desaparecidos sólo de los desaparecidos en el territorio nacional. Eso también nos parece totalmente desacertado.
¿Qué vamos a hacer? Decir que no estamos de acuerdo con este proyecto de ley y que de ninguna manera lo vamos a respaldar, lo vamos a condenar. Queremos que los señores legisladores lo sepan. Insisto, no es porque consideremos que el Estado no debe reparar a los familiares de los funcionarios que sufrieron daños, ese no es un problema de Familiares, no tenemos nada que decir al respecto, pero Familiares no está dispuesto a avalar la teoría de los dos demonios, en una misma bolsa reparar a funcionarios públicos y a desaparecidos porque se trata de dos bandos. Aquí no hubo dos bandos, María Claudia o Simón Riquelo no participaron en ningún bando.
EC - Según consigna hoy el diario Últimas Noticias, el proyecto remitido al Parlamento “prevé el resarcimiento económico a los familiares de 18 militares, 14 civiles, 34 policías y 26 desaparecidos. La indemnización será de 150.000 dólares por cada persona fallecida o declarada ausente, lo que totaliza unos U$S 13.800.000.
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Entrevista realizada en el programa "En Perspectiva" de Radio El Espectador en la mañana del jueves 29 de Marzo de 2007.
Disponible en (http://www.espectador.com/)
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(edited)
abrazo
El "nunca más" es al terrorismo de Estado
Javier Miranda: el “nunca más” es al terrorismo de Estado
“María Claudia o Simón Riquelo no participaron en ningún bando”. Así rechazó Javier Miranda, integrante de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que se incluya a algunos desaparecidos en el Proyecto de Ley que busca resarcir a familiares de los caídos por la sedición. (Para ver el texto completo del proyecto haga click aquí)
Entrevista de Emiliano Cotelo
"Los desaparecidos fueron víctimas del terrorismo de Estado", afirmó, y “con la unificación en un mismo texto normativo de estas situaciones se avala la teoría de los dos demonios”.
EMILIANO COTELO: Las heridas que la sociedad uruguaya arrastra desde los años sesenta y setenta, y el debate sobre qué es lo que hay que hacer para cerrarlas o curarlas vuelven al escenario político y derivan ahora en un nuevo proceso parlamentario.
Lo consignamos ayer: el Poder Ejecutivo hizo suyo un proyecto de ley que había sido presentado en enero por el diputado colorado Daniel García Pintos. La iniciativa prevé resarcir económicamente “...a los familiares de aquellas personas civiles e integrantes de las Fuerzas Armadas y del Instituto Policial que perdieron su vida en ocasión o a consecuencia del enfrentamiento armado con la sedición...”, dice en uno de sus pasajes el mensaje enviado al Parlamento.
Por otro lado, el proyecto también dice que “dicha reparación comprenderá además a los familiares legales o naturales de las personas consideradas ausentes por desaparición forzada...”, cuyo desaparecimiento fuera confirmado por el informe presentado por la Comisión para la Paz en el año 2003.
El proyecto fue tomado por el Poder Ejecutivo a partir de la presentación del diputado García Pintos porque es un proyecto que prevé un gasto del Tesoro Nacional sin incluir la forma de financiarlo. Para salvar esa cuestión, teniendo en cuenta que en esta materia es el Ejecutivo quien tiene la iniciativa, es que se procesó el asunto de esta manera, que ha dado lugar a alguna forma de sorpresa y desconcierto, esto de que el gobierno del presidente Tabaré Vázquez, Frente Amplio, izquierda, haga suyo completo un texto que había sido presentado por el diputado Daniel García Pintos, de la Lista 15, Partido Colorado.
Se prevé resarcir a las víctimas de los hechos violentos de los años sesenta y setenta con una cifra equivalente a los 150.000 dólares cada uno.
Estamos en diálogo con el doctor Javier Miranda, del grupo Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Doctor Miranda, ¿cómo ha visto usted este proyecto y la decisión del Poder Ejecutivo de impulsar rápidamente su aprobación?
JAVIER MIRANDA: Como ya ha trascendido, incluso en la prensa de hoy, Familiares, que ya había tratado este tema hace tiempo y lo volvió a tratar el lunes pasado en su plenario, está absolutamente en desacuerdo con el proyecto de ley en cuanto este incorpora en su texto a algunas personas detenidas desaparecidas, porque se refiere únicamente a los uruguayos detenidos desaparecidos en el territorio nacional, esto es lo que comprende el Anexo 3.1 del informe final de la Comisión para la Paz. Estamos totalmente en desacuerdo en que se incluya en este proyecto de ley esta indemnización.
EC - Mire qué curioso, ayer cuando entrevistábamos al diputado García Pintos, él explicaba cómo había logrado que su iniciativa, que en realidad era del año 2003, fuera tomada ahora por el gobierno. García Pintos le hizo una modificación, amplió el alcance de su proyecto original.
(Audio)
“DANIEL GARCÍA PINTOS: Nosotros, que nos quejamos amargamente en los últimos años de que las llamadas organizaciones de defensa de los derechos humanos sólo contemplaban a sus muertos, como que había muertos de primera categoría y muertos de segunda categoría, dijimos: ahora que tenemos la posibilidad de una iniciativa (enero de este año) y a casi dos años de haber asumido el nuevo gobierno, éticamente no podemos hacer lo que nos quejábamos que nos hacían a nosotros. Es decir, discriminar a los muertos según a qué lado pertenecían cuando cayeron. Entonces pusimos a todos los muertos en nuestro proyecto de ley, beneficiando a los familiares de ellos, tanto de los que cayeron luchando contra la sedición como los de los desaparecidos. Juntamos a todos, es un proyecto que tiene un hondísimo contenido ético y también político desde el punto de vista de su realismo.”
(Fin)
EC - ¿Eso que el diputado García Pintos considera un valor de este proyecto es lo que ustedes rechazan?
JM - Entiendo lo que plantea el señor representante García Pintos, puedo comprender la intención que lo anima pero no la comparto en absoluto, porque se vuelve a plantear la teoría de los demonios: “aquí hubo una guerra, hubo caídos de un lado y del otro, unos son caídos de las filas policiales y militares”. Incluso el texto se refiere a civiles que “ocasionalmente pasaban por el lugar”, y en el otro bando estarían los desaparecidos. Nosotros creemos que eso no es cierto, hemos combatido esa concepción regularmente, los desaparecidos no son producto de una guerra sino producto del terrorismo de Estado. Los policías y militares que perdieron la vida en el combate a la llamada subversión en los años de movimiento armado en Uruguay son funcionarios públicos que sufrieron daños cumpliendo sus funciones, si el Estado pretende repararlos Familiares no tiene nada que decir, no tiene por qué pronunciarse sobre eso.
EC - Porque además no habían tenido una reparación más allá de algún tipo de pensión en algunos de los casos.
JM - En realidad no lo sé, pero no sé por qué Familiares tiene que pronunciarse sobre eso. El Estado decide: “voy a reparar a funcionarios públicos que sufrieron daños en el cumplimiento de su función”. Señor Estado, Familiares como organización no tiene nada que decir. Sí tiene que decir que no es la misma la situación de los uruguayos detenidos desaparecidos (que se refiere sólo a algunos) porque fueron víctimas del terrorismo de Estado, no se trata de funcionarios públicos que perdieron la vida en cumplimiento de su función, son víctimas del propio Estado.
EC - Usted conoce cuál es el pensamiento del presidente Tabaré Vázquez, lo recordó en el discurso del 2 de marzo en Plaza Independencia. Allí refrescó lo que él mismo había dicho el 1º de marzo de 2005 (cito textualmente): “El dolor de la pérdida de un padre, de un hermano, de un hijo no tiene atenuantes ni adjetivos. Es dolor y punto. Nunca más enfrentamiento entre uruguayos, nunca más y para todos”.
JM - Varias cosas. Puedo entender y leer entre líneas lo que dice el presidente de la República pero no coincido con ese discurso. Coincido en el sentido de que como todo uruguayo no quiero enfrentamiento entre uruguayos, no quiero enfrentamiento entre nadie, la violencia no es un camino de construcción, pero eso no quiere decir que yo tenga que resolver situaciones distintas en un mismo texto normativo.
El problema está en que con la unificación en un mismo texto normativo de estas situaciones se avala la teoría de los dos demonios. En cuanto a lo que dice el presidente de la República, el doctor Vázquez, en esta materia, tampoco estamos de acuerdo en la utilización del nunca más. El nunca más es una expresión que se conquistó por la lucha de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y está recogida como título del informe de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas en Argentina, el informe Sábato, del año 84. Es “nunca más terrorismo de Estado”.
Estoy de acuerdo en que el presidente de la República y todos los uruguayos, todos los que poblamos este país, digamos que no queremos que en Uruguay haya nunca más violencia y enfrentamiento armado. En eso estoy de acuerdo, lo compartiría, pero no estoy de acuerdo en que se utilice la expresión “nunca más”, que tiene una historia, que fue forjada en la lucha por la defensa y la promoción de los derechos humanos y que significa “nunca más terrorismo de Estado”, no cambiemos las expresiones. No queremos que se cambien las expresiones porque pierden su sentido histórico. Ahí se está apropiando de una expresión que tiene un origen y se le está dando un significado distinto o, por lo menos, un alcance distinto.
No hay problema, si el Estado entiende que tiene que reparar a sus funcionarios que los repare, lo que no comparte Familiares, lo que condena, en lo que no está de acuerdo de ninguna manera es en que se legisle en la misma norma.
EC - La Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos sí reclama una reparación patrimonial para las familias de los desaparecidos.
JM - Familiares tuvo una reunión hace más de un año especialmente sobre este tema con el subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura, se le planteó al doctor Michelini que Familiares entendía que debía procederse a un proyecto de ley de reparación que hacía mucho tiempo que se había propuesto. La reparación es una reparación integral, no es una indemnización económica, Familiares nunca hizo cuestión de una reparación económica.
EC - No ha reclamado una indemnización económica.
JM - No, como organización nunca lo ha hecho. Algunos familiares en particular, con el más absoluto y legítimo derecho, se han presentado a los tribunales y han reclamado por la vía correspondiente una indemnización económica. Familiares no se opone a la indemnización económica, dice que hay que distinguir lo que es la indemnización, la reparación económica, de la reparación integral. La indemnización es una parte de la reparación.
EC - ¿Qué es la reparación integral?
JM - Reparar quiere decir restituir, restañar el daño que se le causó a la persona. ¿Qué daño se le causó al familiar de desaparecido? ¿Qué daño se le causó a Luisa Cuesta? ¿Qué daño se le está causando hoy a Luisa Cuesta? Se le secuestró a su hijo y no se sabe qué pasa, no se sabe dónde está Nelbio Melo. ¿Cómo se repara ese daño que se causó a Luisa? En primer lugar, diciéndole dónde está Nelbio Melo, el primer elemento de reparación en materia de desaparición forzada es la verdad. Luego hay otros, que consideramos igualmente importantes y que no son económicos, como la restitución de la dignidad de las víctimas, que es un tema fundamental. Mañana se cumple un año del entierro de mi padre y del acto en la Universidad de la República, y se vivió a mediados del año pasado también el homenaje a Ubagesner Chávez Sosa. Allí hubo gestos de restitución de la dignidad de las víctimas. Estos gestos son fundamentales, no exclusivamente con este tipo de actos, también con otros actos.
EC - Esa parte de la reparación requiere que se siga trabajando, que siga pasando el tiempo y se pueda eventualmente avanzar más aun en las investigaciones, que ha habido pero no lograron llegar a los detalles de todos los casos.
JM - Exactamente, va a haber que seguir trabajando, va a haber que seguir investigando. Insisto, una forma de reparación es la verdad; además la restitución de la dignidad de las víctimas, se la restituye también con nombres de calles, como hay calles en el Buceo en homenaje a dos desaparecidos, con memoriales, tenemos uno en Montevideo, en el Cerro, que logramos hacer con el esfuerzo de Familiares y de una Comisión Nacional para el Memorial bajo la administración del intendente Arana.
Esas son formas de reparación integral. En ese paquete puede haber una indemnización económica, pero no es la única forma de reparación. Se lo planteamos al subsecretario de Educación y Cultura hace más de un año expresamente, y hoy encontramos un texto de ley de reparación que mete la situación de familiares en un paquete en el que Familiares no está de acuerdo, y el Estado no se ha movido, sobre todo no se ha movido en el sentido de reparación que creemos más dignificante.
EC - ¿Qué van a gestionar ante el Parlamento? ¿Qué van a pedirle al Parlamento que haga con este proyecto de ley?
JM - Le vamos a hacer saber al Parlamento que no tenemos ningún interés en que en el artículo 1º se incluya a los familiares de los detenidos desaparecidos. Esta es una ley de reparación para funcionarios militares y policiales y algunos civiles que sufrieron esos daños. Si usted se fija en el proyecto de ley, al final en el listado no figura una sola persona detenida desaparecida, ninguna. La única mención aparece “colada” respecto de 26 uruguayos detenidos desaparecidos; 26 de los más de 200 que hay. O sea, mientras el Estado se hace cargo de muertos en filas militares y policiales incluso en el exterior, en el caso de los uruguayos desaparecidos sólo de los desaparecidos en el territorio nacional. Eso también nos parece totalmente desacertado.
¿Qué vamos a hacer? Decir que no estamos de acuerdo con este proyecto de ley y que de ninguna manera lo vamos a respaldar, lo vamos a condenar. Queremos que los señores legisladores lo sepan. Insisto, no es porque consideremos que el Estado no debe reparar a los familiares de los funcionarios que sufrieron daños, ese no es un problema de Familiares, no tenemos nada que decir al respecto, pero Familiares no está dispuesto a avalar la teoría de los dos demonios, en una misma bolsa reparar a funcionarios públicos y a desaparecidos porque se trata de dos bandos. Aquí no hubo dos bandos, María Claudia o Simón Riquelo no participaron en ningún bando.
EC - Según consigna hoy el diario Últimas Noticias, el proyecto remitido al Parlamento “prevé el resarcimiento económico a los familiares de 18 militares, 14 civiles, 34 policías y 26 desaparecidos. La indemnización será de 150.000 dólares por cada persona fallecida o declarada ausente, lo que totaliza unos U$S 13.800.000.
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Entrevista realizada en el programa "En Perspectiva" de Radio El Espectador en la mañana del jueves 29 de Marzo de 2007.
Disponible en (http://www.espectador.com/)
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(edited)
Yo creo que acá hay dos cosas que NO son distintas, pero que están separadas en el tiempo, ¿ Cuál s la diferencia de matar, torturar o raptar a alguien siendo en una dictadura o en una democracia ? y no salgan con el terrorismo de estado, etc. etc. yo estoy hablando de la muerte, la tortura y el rapto com hecho separado de ideologías políticas.
Además a las víctimas de la dictadura se les "recompensó", a los que sobrevivieron los volvieron a ubicar en sus cargos, les reconstruyeron las carreras, etc, muchos de ellos ni siquiera volvieron a trabajar porque directamente se jubilaron y yo estuve deacuerdo con eso, ¿ Por qué no voy a estar deacuerdo con esto ?
Además a las víctimas de la dictadura se les "recompensó", a los que sobrevivieron los volvieron a ubicar en sus cargos, les reconstruyeron las carreras, etc, muchos de ellos ni siquiera volvieron a trabajar porque directamente se jubilaron y yo estuve deacuerdo con eso, ¿ Por qué no voy a estar deacuerdo con esto ?
ocanclini...no leíste lo que dice Javier Miranda, o no lo entendiste...si lo leíste entonces conversamos sobre lo que dice, si no lo leíste leelo, por favor, abrazo...
No me importa que estes de acuerdo conmigo este miercoles te voy a romper el culo como al pelado :P
noooooooooooooooooo
como al pelado noooooooooo!!!!
jajajaja
como al pelado noooooooooo!!!!
jajajaja
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