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History:
Team was renamed to Judas.
Narrar la historia de Judas Club es contar la historia de una traición. La traición que da nombre al Club.
Dejar morir a un histórico es una decisión que no se debe tomar muy a la ligera, por muchos que sean los motivos que inviten a un abandono, por muy pensada que uno crea tener la decisión tomada, por pensar que el hastío y la monotonía invitaban a un cambio, o porque los cambios en un ámbito puedan afectar a otros. Es así como este presidente dejó morir su juguete. Dejó morir a su querido club. Dejó huérfano de su nombre en Sokker a su pueblo, a su Córdoba natal, querida, ilustre, sabia, justa.
Menuda decisión más puta tomada, con permiso de los pequeños y de quienes se apoderan de las expresiones más bajas. Tras una historia de casi 12 años, el enfermo terminó por ir. Pudiéndole dejar sedado, lo dejé partir. La conciencia nunca quedó tranquila.
Y es así como años más tarde y con una profunda reflexión mediante, con el consejo de presidentes amigos que sólo velaban por mis sinceros intereses, quise resarcirme de tanto dolor y comencé a sentar las bases de un nuevo club. Un club que no llevara las enseñas del anterior y que vistiera de negro, en luto y en arrepentimiento eterno. Partiendo desde cero, como no podía ser de otra forma, para levantarlo y homenajear de la manera que merece a su predecesor, y, por qué no, lograr ponerlo a su misma altura.
Y nació Judas Club.
Y el resto, por suerte, está aún por escribir.
Hijo y Padre, Padre e Hijo. Judas Club y Córdoba C.F. (16/9/2005 - 2017)
Venga, vamos a dejarnos de rollos. Tenía ganas, no sabía que nombre darle, y me tomaba una cerveza judas. No hay más
Dejar morir a un histórico es una decisión que no se debe tomar muy a la ligera, por muchos que sean los motivos que inviten a un abandono, por muy pensada que uno crea tener la decisión tomada, por pensar que el hastío y la monotonía invitaban a un cambio, o porque los cambios en un ámbito puedan afectar a otros. Es así como este presidente dejó morir su juguete. Dejó morir a su querido club. Dejó huérfano de su nombre en Sokker a su pueblo, a su Córdoba natal, querida, ilustre, sabia, justa.
Menuda decisión más puta tomada, con permiso de los pequeños y de quienes se apoderan de las expresiones más bajas. Tras una historia de casi 12 años, el enfermo terminó por ir. Pudiéndole dejar sedado, lo dejé partir. La conciencia nunca quedó tranquila.
Y es así como años más tarde y con una profunda reflexión mediante, con el consejo de presidentes amigos que sólo velaban por mis sinceros intereses, quise resarcirme de tanto dolor y comencé a sentar las bases de un nuevo club. Un club que no llevara las enseñas del anterior y que vistiera de negro, en luto y en arrepentimiento eterno. Partiendo desde cero, como no podía ser de otra forma, para levantarlo y homenajear de la manera que merece a su predecesor, y, por qué no, lograr ponerlo a su misma altura.
Y nació Judas Club.
Y el resto, por suerte, está aún por escribir.
Hijo y Padre, Padre e Hijo. Judas Club y Córdoba C.F. (16/9/2005 - 2017)
Venga, vamos a dejarnos de rollos. Tenía ganas, no sabía que nombre darle, y me tomaba una cerveza judas. No hay más
2019-10-06